Día 20 de Septiembre de 2021 - 6ª Etapa O Pedrouzo – Santiago de Compostela 


                                                                            EL FINAL

    


      Llegó el último día y se nota en el ambiente, todo es más distendido se habla más alto y se ríe mucho más y contrasta la velocidad que llevan algunos ansiosos por llegar a Santiago de Compostela y tumbarse en la Plaza de Obradoiro con los que andamos en silencio y sosiego apesadumbrados por ver llegar el final de una aventura que aún no sé si marcará mi vida pero que huella no hay duda que va a dejar. Cada día, cada hora y cada minuto que he vivido este camino de Santiago han sido un regalo para mi y no estoy por la labor de salir corriendo a terminar, no, quiero saborear estos últimos 20km pensando en los 95 anteriores en el primer día que salí de Sarria cargado de nervios, ilusión y muchas expectativas. He conocido gente pero no he renunciado a caminar solo, en una ocasión yo descansaba unos segundos inclinado sobre mis bastones para darle reposo a mi espalda cuando me alcanzó una chica joven de nacionalidad norteamericana y me preguntó si me pasaba algo, que como me encontraba, le dije que iba bien que no se preocupara que solo era mi espalda que me daba guerra, ella se empeñó en acompañarme un par de kilómetros hasta que vio que iba en óptimas condiciones y yo le pedí que fuese a su paso...el peregrino malafollá me dije.


              Bosque de Carballos (Robles Gallegos) a la salida de O Pedrouzo hacia San Antón

 

    Abandono O Pedrouzo dirección a San Antón una aldea de la parroquia de Arca, Carballos (Robles autóctonos gallegos) me escoltan en mis primeros pasos, ha amanecido con una débil niebla y la claridad aún no se abre paso entre sus tupidas ramas, los cuervos graznan con fuerza, el paisaje y el ambiente podría ser el de una película de suspense, Amenal y San Miguel de Pereira quedan atrás y un fuerte repecho me saca de mis pensamientos y me hace sudar la gota gorda para llegar a Cimadevila el último Concello de O Pino y entrar desde ese momento en el municipio de Santiago pero solo llevo 6 de los 20km que me quedan. A esta altura ya se oyen atronadores los sonidos de las turbinas de los aviones al despegar, estoy rodeando el Aeropuerto Rosalía de Castro de Santiago de Compostela dejando a mi izquierda varias hileras de balizas y después de cruzar una carretera entro en San Paio aldea de Sabugueira con su mesón Casa Quian estoy a medio camino Bosque de Carballos (Robles Gallegos) a la salida de O Pedrouzo hacia San Antón Estoy muy cerca del Aeropuerto de Santiago un mojón me enseña el km10 cuando entro en Lavacolla aldea muy conocida en el ámbito Jacobeo por su río que aparece en el Codex Calixtinus como lugar para la higiene corporal de los peregrinos antes de entrar a Santiago, siendo un sitio de muchos servicios con varios bares, tiendas y farmacia, paso junto a la parroquia de San Pelayo que tiene inscrito el año de su construcción 1840 cojo el desvío hacia Villamaior y cruzo el río Sionlla que es el que antes he mencionado en el que los peregrinos se despojaban de sus sucias vestimentas y se lavaban antes de entrar a la ciudad. 

                                        Iglesia de San Paio de Lavacolla y mojón de los 10km

    A partir de este lugar ya todo el resto del camino carece de interés por ir andando entre edificaciones modernas, las grandes urbanizaciones se van sucediendo una tras otra con sus calles asfaltadas y los perros ladrando a tu paso hasta que llegas al mojón de los 5km que no es otro que el tan traído y llevado Monte do Gozo un lugar mágico en el que por primera vez tus ojos se abren como platos para descubrir en la lejanía las grandes torres de la Catedral de Santiago, el sentimiento es exactamente eso, de gozo, la gente se sienta en su césped y descansa para dar el último tirón, el monumento a los peregrinos erigido en el año Jacobeo de 1993 se halla en otra meseta paralela que entre ir y venir me supondría otro par de km y las fuerzas van ya muy justas así que decido perdonarlo y descansar un rato.



  Bella panorámica desde el Monte do Gozo, veo las torres la Catedral de Santiago por primera vez


¡Ultreia Santiago! (Saludo medieval de los peregrinos) me digo mientras entro por sus calles camino del casco histórico y justo en la entrada de la calle Porta do Camiño me paro a tomar mis cervezas de rigor y además verdes por finnnnn, miro en Google Maps donde se encuentra mi lugar de descanso, en esta ocasión el Hostal Giadás y cual es mi sorpresa cuando me dice que estoy a 1 minuto, efectivamente le pregunto a la chica que me sirve si sabe donde es y estoy a escasos diez metros, esto cambia mi idea de entrar directamente hacia la catedral que esta a un paso y me voy al hostal son las 14.30 y pienso que mejor suelto la mochila, me ducho, me cambio de ropa, almuerzo y después el gran momento, total ya conozco la catedral de otro viaje anterior y no me despierta tanta ansiedad como al que no ha estado nunca. 



    Una vez listo y recuperado subo la calle Porta do Camiño llego a la Plaza de Cervantes y bajo hasta el túnel del gaiteiro del que ya alcanzan hasta mis oídos los acordes de este típico instrumento musical gallego, doblo la esquina a la izquierda y ahí está el objetivo de tanta gente de todos los lados del mundo, la gran Plaza de Obradoiro y la Catedral del Apóstol Santiago. No se puede describir con palabras la multitud de sensaciones que corren por Iglesia de San Paio de Lavacolla y mojón delos 10km  La Giadás será mi casa dos días mi cuerpo, he hecho el Camino solo pero ahora me gustaría tener mucha gente querida a mi lado para compartir con ellos mi felicidad, mi mujer y mis hijos, mi madre y mis hermanos con los que he planeado tantas veces venir juntos, con mis amigos que me ofrecieron su compañía y que dejé pasar el tiempo sin decirles nada hasta tenerlo todo bien atado para que les resultara imposible sumarse a este gran reto, esta gran lucha contra mi salud y mi forma física actual la tenía que llevar a cabo yo solo y así ha sido y he ganado la batalla.


                                                                       Plaza de Obradoiro


Se habla de “Los sentimientos de un peregrino” estos deben ser el lío mental que tengo ahora mismo en la cabeza que me dan ganas de reír y de gritar al cielo o de revolcarme por el empedrado suelo de la plaza de Obradoiro frente a la escalinata hacia el Pórtico de la Gloria ya cerrado, pero no quiero dar una regla universal, no me atrevería, supongo que como cada cual hace su Camino, cada cual tendrá sus propias sensaciones, pero para mi supone una gran satisfacción haberlo conseguido y para la gente que me quiere también sé que lo es, pero es una satisfacción extraña porque me anuncia que se acabaron mis dudas, aquellas que fui resolviendo día a día paso a paso, porque mi Camino, ese que empezó en solitario en la estación de autobuses de Granada ha terminado, seis días en los que se ha parado el reloj para mi, he estado ajeno a las noticias, no he echado de menos las redes sociales, no he encendido ni una de las televisiones que tenía en los alojamientos y he utilizado el móvil para lo más estrictamente necesario, eso quiere decir que: ¿El Camino me ha cambiado la vida? No lo creo pero durante seis días he sido muy diferente al que suelo ser, eso sí está claro. Pasear por las viejas calles de Santiago y tomarte un ribeiro y una tapa es un verdadero placer, sus bares transformados por la pandemia han perdido sus bulliciosas barras, antiguas bodegas se han reciclado y han pasado a ser restaurantes pero calles como la Rúa do Franco no han perdido esa esencia de tasqueo a través de sus más de una treintena de establecimientos todos atestados de peregrinos insaciables y jubilosos que recuentan una y otra vez las peripecias de su Camino y busco y paso por los lugares que hace años recorrí y pido que me hagan una fotografía en la fuente de la Plaza de las Platerías intentando explicarles a otros peregrinos el ángulo que deben tomar enseñándole una foto que me hizo mi mujer allí años atrás y procuro hasta poner la Entrada al Casco Urbano de Santiago de Compostela ¡Por fin! Túnel del Gaitero Para la historia misma postura y expresión para ver el paso de los años que estragos ha hecho en mi cuerpo, luego habrá opiniones para todos los gustos. La sorpresa del día estaba prevista desde media mañana que me entero que mis amigos montañeros Bonilla y Julio que salieron unos días antes que yo coinciden conmigo en su llegada a Santiago donde compartiremos anécdotas y momentos vividos ellos por el Camino Primitivo y yo por el Francés y después una cenita con sus cervezas y vino correspondientes y una copa de despedida pues al día siguiente ellos viajan a Estaca de Bares y yo a Finisterre.






   
















                  Praza das Praterías                                                                Por fin Santiago



                


                        DIA 21 DE SEPTIEMBRE - EXCURSIÓN GUIADA A FINISTERRE


 En un principio tenía planeado un día de asueto en la capital compostelana pero por azares de internet que se las sabe todas me entró propaganda de una excursión en bus por el fin de la tierra, por Finisterre, me llamó la atención el recorrido y el precio y decidí contratarla, total, me ocupaba desde las 9.00 de la mañana a las 18.00 de la tarde y aún me quedaría tiempo para patear Santiago. A las hora prevista me presento en el lugar previsto, la Plaza de Galicia, a unos diez minutos caminando de la pensión que está muy bien situada para todo y en nada veo que empieza a reunirse gente de todas edades y condición y el “Hombre de la chaqueta verde” que según contrato sería el gesto para conocerlo, nos subimos al bus previa comprobación de los ticket y echamos a rodar. 

Ponte Vella en Ponte Maceira

     La primera parada es Ponte Maceira, declarado como uno de los pueblos más bonitos de España esta pequeñita localidad coruñesa y la verdad es que se lo merece porque a pesar de reducido tamaño, tiene todo lo que buscamos en un entorno rural: casonas blasonadas y calles empedradas, molinos a pie del caudaloso Río Tambre, un magnífico cruceiro y como no, cruzar su magnífico Ponte Vella con sus siete arcos, (El central de forma más apuntada), del que cuentan la leyenda que en este lugar se produjo un milagro y es que cuando los soldados romanos perseguían a los discípulos que habían pedido un lugar digno para enterrar a su maestro decapitado, el puente colapsó viniéndose abajo y fueron engullidos por las aguas del río. La segunda parada fue en el mirador Das Paxareiras que da vistas a la playa de Carnota de singular belleza y la más larga de la costa gallega con sus siete kilómetros de longitud, todo ello rodeados de grandes gigantes alados, molinos que forman parte de un gran parque eólico que hacen girar sus grandes aspas a merced del viento Atlántico. 

Cascada de Ezaro

Tercera parada de la jornada, visitamos el momento en que el Río Xallas desemboca al mar en la preciosa Cascada de Ezaro en la que las aguas fluviales se dividen en varios brazos y caen sobre las rocas graníticas a unos cuarenta metros de altura sobre el Atlántico con tal fuerza que se ha producido un pozo de catorce metros de profundidad al que llaman Coadoiro, también tiene la particularidad de que es el único río de Europa que se entrega al océano en forma de cascada. Cuarta parada y llegamos al Cabo Fisterra (Finisterre), los romanos creían que era el fin de la tierra Actual en Plaza de las Platerías 2021 Plaza de las Platerías Año 2013 Ponte Vella sobre el Río Tambre en Ponte Maceira y es que este cabo esconde el verdadero secreto de la Costa Da Morte: Paisajes agrestes se mezclan con playas maravillosas al abrigo del cabo con aguas tranquilas y al otro lado playas que rugen con fuerte y endiablado oleaje como Mar de Fora una de las playas más salvajes de Galicia, desde donde se puede disfrutar de una de las más bellas puestas de sol sobre la inmensidad del Océano Atlántico, el mar del fin del mundo en el que tantos barcos han naufragado. Después de la visita paramos en el puerto de Finisterre pueblo donde comimos cada uno por su lado ya escogí el Restaurante Maruxía porque vi entrar a la guía con el conductor del autobús y me dije: Aquí no puede haber fallo y así fue, ademas una curiosidad y es que el mantel de papel sobre el que me sirvieron los platos tenía impreso un mapa de Galicia justamente con mi Camino Francés desde Sarria trazado en él, ni que decir tiene que al final le pedí uno sin usar y me lo traje de souvenir. 


                                                                            Faro de Finisterre

Reanudada la marcha nos detenemos en Muxía, que me trae tristes recuerdos por aquello de la catástrofe del hundimiento del Petrolero Prestige que cubrió de chapapote toda la costa, aquí junto a su blanco faro que lamen las olas atlánticas se erige el Santuario de Nuestra Señora de la Barca y un gran monolito granítico de diez o doce metros de altura partido en dos como por acción de un rayo en recuerdo de la tremenda catástrofe. La última parada ya de regreso a Santiago la realizamos en el Hórreo de San Martiño de Ozón, todavía estamos en la Parroquia de Muxía, se trata de una minúscula aldea pero que mantiene junto al de Lira y Carnota uno de los tres hórreos más largos de Galicia de unos 27 metros de “eslora” aproximadamente y está realizado al completo en granito que se asienta sobre pies y cepas circulares del mismo mineral que impiden que los roedores entren y se zampen el grano.


                                        Santuario de Santa María de la Barca  -  Muxía







                                                              Hórreo de San Martiño de Ozón










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